Salsa rosa en TV. La imagen y los medios de comunicación

Apunte: Debemos evitar conductas contrarias a la igualdad entre hombres y mujeres teniendo capacidad crítica hacia todo lo que nos rodea para evitar malas influencias que creen opiniones y comportamientos negativos, que afectan nuestra salud física y psíquica.

En este mundo globalizado se están generalizando comportamientos en los medios de comunicación que son el vehículo de mayor impacto en la sociedad.
El asunto de la imagen es el más difundido así inciden en los usos de la población para controlar el peso, obsesionarse por dietas, operaciones de estética y consumo de productos innecesarios para una vida sana y que están por encima de nuestras posibilidades en la mayoría de los casos.
Eso sin contar con la nefasta educación sexual que trasmiten los programas del corazón. Donde profesionales de la información dejan de serlo para convertirse en vulgares personajillos con opiniones particulares de las vidas ajenas. Siendo a la vez cómplices de la decrépita situación en la que se encuentra la sociedad donde los valores morales y éticos son sustituidos por la popularidad y las ofertas económicas de programas y revistas, provocando la imitación de ídolos de pacotilla que han vendido su vida privada por cuatro euros y unos segundos de fama en una noticia o portada.
En verdad ¿Esta es la sociedad que queremos? Analicemos los valores que trasmitimos a nuestra juventud a través de estos programas.
Podemos resistirnos a determinados cánones de belleza impuestos y aprender a querernos. Pretender inculcar que la apariencia es el valor más importante son discursos conservadores y sexistas. Hay que deslegitimar socialmente los programas y la información que recibamos de cualquier medio de comunicación que pretenda imponernos, no debemos dejarnos embaucar por claros exponentes hacia estereotipos contrarios a la naturaleza humana y que están condicionados y manipulados para el consumo y beneficios empresariales que crean un mundo capitalista y lo que prima es el dinero, no la salud ni los valores humanos.