Hoy día 12 de mayo una buena amiga me ha regalado el libro de Francisco Moreno Gómez titulado "1936: el GENOCIDIO FRANQUISTA en CÓRDOBA". He agradecido muchísimo este regalo ya que me habían hablado de este libro y pensaba consultarlo en el archivo municipal de Córdoba.
En relación a las heridas el autor dice:
Ahora, las posiciones están mucho más claras y los criterios mucho mejor orientados y más seguros, a pesar de los predicadores del olvido y de los falsos profetas de "las heridas que se reabren". Ese fantasma de "las heridas" son las últimas pedradas que los verdugos de la ciencia y de la democracia española se atreven a lanzar, para captación de incautos e ignorantes, que desgraciadamente son muchos.....
"Aquí, las únicas heridas que podrían reabrirse, y que no se reabrirán, son las de la conciencia de los verdugos....
"La inscripción de los monolitos debe ser sin titubeos, apocamientos o claudicaciones: " A los mártires de la democracia española en Córdoba, 1936-1950".....
Sólo he comenzado a leer este libro que describe lo que sucedió pueblo a pueblo, estoy segura que me impactarán las descripciones del genocidio y la magnitud de las matanzas. Pero hoy siento mi corazón abierto al leer la relación de Asesinados por el franquismo en La Carlota he encontrado el nombre de mi abuelo, jornalero de 38 años. Mi herida acaba de abrirse siento la necesidad de saber más sobre su vida, y honrar las ideas por las que luchó y de las que me siento orgullosa.
Mi agradecimiento personal al Historiador Antonio Martínez Castro vecino de El Arrecife, La Carlota que ha prestado su especial colaboración en el trabajo de investigación sobre los orígenes y la naturaleza de la guerra civil española en nuestro pueblo aportando datos para el libro de Francisco Moreno Gómez.
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Ésa es la verdadera muerte, y el dolor que más reconocimiento exigen las familias de las víctimas del franquismo, es decir, El Olvido en que cayó todo. Y tal vez en pro de un curso tranquilo de la transición, las voces que empezaban a clamar justicia se apagaron. El sacrificio se ha prolongado mucho tiempo. Y es El Olvido lo que más evitamos al morir, y todos queremos dejar hechos trascendentes para que superen la ausencia que se deja. Pero esa oportunidad no se le dio a aquellos que no tienen historia, solo una familia sin cabeza, un hijo sin padre, una mujer sin su pareja... Pero se enterraron hasta sus nombres, y sólo el esfuerzo individual por no olvidar, mantuvieron vivas unas historias que acabaron repentinamente. Sus ideales, sus nombres, sus hechos... es eso lo único que reclaman las familias. Nada más. Y aun siendo así, sigue siendo controvertido para los que no se aclaran. No es encarcelar a los descendientes de los que fueron Nacionales, sino recuperar una historia interrumpida.
ResponderEliminarGracias innuendo por tu comentario. Yo solo quiero tener en mis manos el certificado de la muerte de mi abuelo, a mi abuela le dijeron que mendigaba, que estaba enfermo y que se lo habían encontrado muerto en la calle. Mi abuelo era un hombre joven y fuerte de 38 años que había luchado por la libertad y la democracia de su país, que tenía 4 hijos, creo que lo mataron. Desde que ví su nombre en ese libro no duermo. Me siento orgullosa de él y con el deber moral como tú dices que no olvidemos, lucho siempre por lo creo, en este caso por saber la verdad y que mi familia no la olvide jamás.
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