El paro es un problema crónico agravado por la crisis.
En 30 años de Estatuto de los Trabajadores hemos sufrido 5 reformas laborales, además de la que se anuncia. Se justifica con ello favorecer la creación de empleo. A partir de 1997 se tomó como excusa reducir la precariedad. En ese año se cambió la forma de calcular el paro para que saliera menos y se consiguió una precariedad de la tercera parte y la reducción de los salarios en un 17%.
Durante los tres últimos años el Estado ha actuado a favor de la banca con el fin de “evitar el colapso de la economía”.
1º Se genera un problema de liquidez porque los bancos nos se fían unos de otros. Los bancos piden préstamos el banco Central. El Estado se convierte en prestamista.
2º Después el problema no es liquidez es solvencia, o sea que los bancos son incapaces de devolver los préstamos. El Estado compra valores que nadie quiere. Compra deuda pública de los países con problemas.
3º Cuando ya la cosa no tiene remedio. El Estado tiene que aportar capital directamente a los bancos para que no se hundan. El Estado de convierte en accionista de último recurso.
Si tienen nuestro dinero deberían estar sometidos por una dirección política en función de una planificación económica, pero no lo están. Si todo sale bien y el banco reflota entonces se privatiza de nuevo. Y se presume de haber ganado dinero con la operación. Nadie va a decir que se ha ayudado con dinero público.
Ahora quieren que la crisis que ha provocado el capitalismo la paguemos los trabajadores y pensionistas.
LA SOLUCIÓN
Si el Estado ha actuado como soporte de último recurso para los bancos, ¿no podría hacer lo mismo con las personas sin trabajo?
Hyman Minsky que era un keynesiano de izquierdas, lanzó esta propuesta como alternativa a las políticas de derechas en los años 60. Javier Navascués de IU retoma esta propuesta como solución al paro.
Se propone un programa de empleo cuyas características son las siguientes:
1 Es un programa universal y voluntario para todas las personas en edad de trabajar con independencia de lo que tengan.
2 El programa no compite con sector público ni privado. No se requiere cualificación. Se cobra un SMI.
3 Objetivo: Pleno empleo. En lugar de un ejército de reserva de parados se dispone de un “fondo” de trabajadores empleados en el programa que están disponibles para pasar a otros empleos mejores si se les ofrecen.
4 El sueldo asegurará un mínimo vital decente, referente de un salario mínimo. Se cotiza a la seguridad social a todos los efectos.
5 Se incluyen actividades de formación y capacitación para empleos fuera del programa. Una parte del tiempo se destina a ellas.
6 La actividad que se desarrolle debe ser socialmente útil.
Con este sistema no se pretende acabar con el sistema capitalista, sino alcanzar una mejor regulación del mismo.
En resumen se trata de un programa público de empleo sin límite temporal con un salario equivalente al SMI, que no requiere cualificación previa financiado por el Estado Central con cargo a los Presupuestos Generales y cuyas tareas serían de utilidad social, ambiental y comunitaria gestionadas por los Ayuntamientos y controladas por los ciudadanos/as que son los/as que decidirán a través de Asambleas las tareas a realizar en cada barrio y que no sustituirá al trabajo público regular.
¿Qué pasaría si se aplicara? Se pondría fin al desempleo crónico en España.
Se daría solución al déficit de trabajo en atención social, espacios urbanos degradados, deforestación, desertificación etc. Se realizarían muchísimos trabajos socialmente útiles.
¿Cómo financiarlo? Hagamos unos números muy esquemáticos; con un millón de personas paradas sin subsidio y un modesto salario de 600 euros al mes, se necesitan 7.200 millones de euros al año. Menos que el Plan E, o que los avales garantizados a CCM. Sin inflación pues hay una producción de valor real por detrás. Con efecto multiplicador máximo, pues esos salarios se convertirán en consumo de bienes básicos. Sin necesidad de cebar a los ricos para que las migajas rebosen hasta los pobres. Fijando un SMI real, pues nadie trabajaría por menos para otro.
¿Qué ocurre? Que no hablamos de valor de cambio sino de uso; trabajo invertido en resolver necesidades que la gente decide y que no se atienden a través del mercado. Desde luego no es la revolución, pero, … ¿Y si la gente empieza a acostumbrarse a que se pueden organizar las cosas de otra manera?
Jornadas Provinciales de Economía y Empleo de IU, Córdoba. Conferencia “El Estado como empleador de último recurso” del Profesor de Organización Industrial de la Universidad de Sevilla Javier Navascués, Secretario de Economía del Comité Federal del PCE.
En 30 años de Estatuto de los Trabajadores hemos sufrido 5 reformas laborales, además de la que se anuncia. Se justifica con ello favorecer la creación de empleo. A partir de 1997 se tomó como excusa reducir la precariedad. En ese año se cambió la forma de calcular el paro para que saliera menos y se consiguió una precariedad de la tercera parte y la reducción de los salarios en un 17%.
Durante los tres últimos años el Estado ha actuado a favor de la banca con el fin de “evitar el colapso de la economía”.
1º Se genera un problema de liquidez porque los bancos nos se fían unos de otros. Los bancos piden préstamos el banco Central. El Estado se convierte en prestamista.
2º Después el problema no es liquidez es solvencia, o sea que los bancos son incapaces de devolver los préstamos. El Estado compra valores que nadie quiere. Compra deuda pública de los países con problemas.
3º Cuando ya la cosa no tiene remedio. El Estado tiene que aportar capital directamente a los bancos para que no se hundan. El Estado de convierte en accionista de último recurso.
Si tienen nuestro dinero deberían estar sometidos por una dirección política en función de una planificación económica, pero no lo están. Si todo sale bien y el banco reflota entonces se privatiza de nuevo. Y se presume de haber ganado dinero con la operación. Nadie va a decir que se ha ayudado con dinero público.
Ahora quieren que la crisis que ha provocado el capitalismo la paguemos los trabajadores y pensionistas.
LA SOLUCIÓN
Si el Estado ha actuado como soporte de último recurso para los bancos, ¿no podría hacer lo mismo con las personas sin trabajo?
Hyman Minsky que era un keynesiano de izquierdas, lanzó esta propuesta como alternativa a las políticas de derechas en los años 60. Javier Navascués de IU retoma esta propuesta como solución al paro.
Se propone un programa de empleo cuyas características son las siguientes:
1 Es un programa universal y voluntario para todas las personas en edad de trabajar con independencia de lo que tengan.
2 El programa no compite con sector público ni privado. No se requiere cualificación. Se cobra un SMI.
3 Objetivo: Pleno empleo. En lugar de un ejército de reserva de parados se dispone de un “fondo” de trabajadores empleados en el programa que están disponibles para pasar a otros empleos mejores si se les ofrecen.
4 El sueldo asegurará un mínimo vital decente, referente de un salario mínimo. Se cotiza a la seguridad social a todos los efectos.
5 Se incluyen actividades de formación y capacitación para empleos fuera del programa. Una parte del tiempo se destina a ellas.
6 La actividad que se desarrolle debe ser socialmente útil.
Con este sistema no se pretende acabar con el sistema capitalista, sino alcanzar una mejor regulación del mismo.
En resumen se trata de un programa público de empleo sin límite temporal con un salario equivalente al SMI, que no requiere cualificación previa financiado por el Estado Central con cargo a los Presupuestos Generales y cuyas tareas serían de utilidad social, ambiental y comunitaria gestionadas por los Ayuntamientos y controladas por los ciudadanos/as que son los/as que decidirán a través de Asambleas las tareas a realizar en cada barrio y que no sustituirá al trabajo público regular.
¿Qué pasaría si se aplicara? Se pondría fin al desempleo crónico en España.
Se daría solución al déficit de trabajo en atención social, espacios urbanos degradados, deforestación, desertificación etc. Se realizarían muchísimos trabajos socialmente útiles.
¿Cómo financiarlo? Hagamos unos números muy esquemáticos; con un millón de personas paradas sin subsidio y un modesto salario de 600 euros al mes, se necesitan 7.200 millones de euros al año. Menos que el Plan E, o que los avales garantizados a CCM. Sin inflación pues hay una producción de valor real por detrás. Con efecto multiplicador máximo, pues esos salarios se convertirán en consumo de bienes básicos. Sin necesidad de cebar a los ricos para que las migajas rebosen hasta los pobres. Fijando un SMI real, pues nadie trabajaría por menos para otro.
¿Qué ocurre? Que no hablamos de valor de cambio sino de uso; trabajo invertido en resolver necesidades que la gente decide y que no se atienden a través del mercado. Desde luego no es la revolución, pero, … ¿Y si la gente empieza a acostumbrarse a que se pueden organizar las cosas de otra manera?
Jornadas Provinciales de Economía y Empleo de IU, Córdoba. Conferencia “El Estado como empleador de último recurso” del Profesor de Organización Industrial de la Universidad de Sevilla Javier Navascués, Secretario de Economía del Comité Federal del PCE.
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