Resumen del artículo ¿Quiénes y por qué atacan a la economía española, o a la griega? ¿Y qué hacer para evitarlo? De Juan Torres López. Para verlo completo pinchar aquí.
Los bancos no han dedicado el dinero para financiar la actividad económica, lo han dedicado a:
Sanear sus balances.
Colocar el dinero en depósitos mejor retribuidos.
Suscribiéndolos al 3,4 o 5% la deuda que tenían que emitir los gobiernos para hacer frente a la situación que ellos habían creado.
Invirtiendo en nuevas burbujas en los mercados del oro, de las materias primas o del petróleo.
Creándose un nuevo negocio para la banca y los especuladores financieros.
Comprar la deuda que los gobiernos han tenido que emitir para hacer frente al desaguisado que la propia banca y los especuladores financieros han provocado.
Lo que ahora les preocupa es, sobre todo, que los estados estén en condiciones de hacer frente a esa deuda. Quieren hacer un nuevo negocio sembrando la duda y buscando compromisos de recortes en el gasto público.
Mayor privatización de las pensiones.
Más facilidades al sector privado (en donde ellos mismos ganan dinero)
Eliminar al máximo las cargas públicas que pudieran distraer recursos del pago de la deuda.
Así logran ganar más dinero todavía aumentando las primas de riesgo y los tipos a los que el gobierno ha de emitir la deuda.
Crean las condiciones favorables a través de los medios de comunicación, periodistas y académicos. Todo eso tiene un nombre: extorsión, o chantaje, como ustedes quieran. Y tiene también un resultado seguro: la sumisión de los gobiernos.
Los gobiernos progresistas o simplemente honestos deben disponer del poder de los ciudadanos y de las ciudadanas. Es ingenuo pensar que por el mero hecho de haber ganado unas elecciones se tiene capacidad para hacer frente a quienes detentan el poder monetario.
Cuando el poder de los ciudadanos y ciudadanas no existe o es insuficiente, como está pasando ahora en Grecia o en España, como ha pasado en tantos otros lugares, el dinero triunfa y siempre obtiene los resultados que he comentado, la reducción de salarios y del gasto público y el desmantelamiento de los servicios colectivos, o lo que es igual, el deterioro de las condiciones de vida de las personas que no tiene fortunas. Por eso es tan necesario generar ese otro poder, el de los hombres y mujeres que amamos la vida y no el dinero, que buscamos la justicia y no la ganancia, que queremos la paz y no la avaricia. Y ser conscientes de que aunque ellos hacen todo lo posible para evitar que nazca, y fusilan, secuestran, mienten, torturan y matan para evitar que se consolide, también es verdad que nosotros perdemos también mucho tiempo y energías en balde. No deberíamos dejarnos derrotar tan fácilmente
Sanear sus balances.
Colocar el dinero en depósitos mejor retribuidos.
Suscribiéndolos al 3,4 o 5% la deuda que tenían que emitir los gobiernos para hacer frente a la situación que ellos habían creado.
Invirtiendo en nuevas burbujas en los mercados del oro, de las materias primas o del petróleo.
Creándose un nuevo negocio para la banca y los especuladores financieros.
Comprar la deuda que los gobiernos han tenido que emitir para hacer frente al desaguisado que la propia banca y los especuladores financieros han provocado.
Lo que ahora les preocupa es, sobre todo, que los estados estén en condiciones de hacer frente a esa deuda. Quieren hacer un nuevo negocio sembrando la duda y buscando compromisos de recortes en el gasto público.
Mayor privatización de las pensiones.
Más facilidades al sector privado (en donde ellos mismos ganan dinero)
Eliminar al máximo las cargas públicas que pudieran distraer recursos del pago de la deuda.
Así logran ganar más dinero todavía aumentando las primas de riesgo y los tipos a los que el gobierno ha de emitir la deuda.
Crean las condiciones favorables a través de los medios de comunicación, periodistas y académicos. Todo eso tiene un nombre: extorsión, o chantaje, como ustedes quieran. Y tiene también un resultado seguro: la sumisión de los gobiernos.
Los gobiernos progresistas o simplemente honestos deben disponer del poder de los ciudadanos y de las ciudadanas. Es ingenuo pensar que por el mero hecho de haber ganado unas elecciones se tiene capacidad para hacer frente a quienes detentan el poder monetario.
Cuando el poder de los ciudadanos y ciudadanas no existe o es insuficiente, como está pasando ahora en Grecia o en España, como ha pasado en tantos otros lugares, el dinero triunfa y siempre obtiene los resultados que he comentado, la reducción de salarios y del gasto público y el desmantelamiento de los servicios colectivos, o lo que es igual, el deterioro de las condiciones de vida de las personas que no tiene fortunas. Por eso es tan necesario generar ese otro poder, el de los hombres y mujeres que amamos la vida y no el dinero, que buscamos la justicia y no la ganancia, que queremos la paz y no la avaricia. Y ser conscientes de que aunque ellos hacen todo lo posible para evitar que nazca, y fusilan, secuestran, mienten, torturan y matan para evitar que se consolide, también es verdad que nosotros perdemos también mucho tiempo y energías en balde. No deberíamos dejarnos derrotar tan fácilmente